Salud
Covid altera cimientos de la primera infancia
Los hábitos de los niños menores de 6 años peligran por la pandemia; un informe del Banco Mundial revela que 716 mil no comieron en el día por falta de dinero en casa y más de 5 millones se alteraron emocionalmente
La pandemia de covid-19 alteró los cimientos de los 14 millones 321 mil 615 niños que viven su primera infancia. Casi 2 millones, 13.6%, de los niños y niñas menores de seis años de edad se quedaron en casa sin la supervisión de un adulto.
A su vez, poco más de 9 millones, 63%, no continuaron con sus citas médicas regulares; y 716 mil, 5%, no comieron en algún momento del día porque no había suficiente dinero.
Así lo dijo una investigación del Banco Mundial próxima a publicarse, que advierte que prácticamente todos los hábitos saludables de los niños y niñas en su primera infancia, los años clave, para el resto de su vida, en los que se desarrollan las conexiones neuronales, la inteligencia, la personalidad y la creatividad, hoy están en peligro a causa de la crisis sanitaria.
Ello ocasionó alteraciones emocionales en los pequeños: 5 millones 198 mil 746, 36.3 %, lloraron mucho; mientras que la mitad, es decir, 7 millones 189 mil 615 se pusieron más irritables. El 18.8% destruyó cosas y el 8.6% se aisló o dejó de hablar.
Al participar en el webinar Midiendo el impacto de la pandemia de covid-19 en el bienestar de los hogares, con especial énfasis en las familias con niñas y niños, organizado por la Fundación para la Investigación y Educación en Salud Pública A.C. y el Instituto Nacional de Salud Pública
La analista del Banco Mundial indicó que, desde el inicio de la pandemia, en 30% de los hogares con niños y niñas menores de 6 años, la alimentación empeoró y sólo 37% de los niños y niñas continuó con sus citas médicas regulares.
Según un el estudio Impacto de covid-19 en la Primera Infancia, las pérdidas laborales sufridas durante la pandemia están fuertemente y de manera negativa asociadas a varias dimensiones cruciales para niños y niñas en su primera infancia.
Esto es, según Sylveyra existe un riesgo mayor de 16% de peor alimentación para los niños y niñas cuando ocurre una pérdida de trabajo del padre o la madre; falta de supervisión adulta de 11% o de que estén de acuerdo con el castigo corporal de 8% y de inseguridad alimentaria de 5 por ciento.
El estudio encontró que, en dos de cada tres hogares, 19%, el jefe del hogar perdió el empleo, lo que impactó a niños y niñas.