Salud
Enfermería de la UAEM promueve estilos de vida saludable
• Investigadoras de la UAEM implementaron intervenciones educativas, mediante las cuales se enseñó y apoyó a las amas de casa, proporcionándoles conocimientos en actividades de autocuidado y promoción de estilos de vida saludable que influirán en
Por ser en las madres en quienes recae la administración de los recursos del hogar y las decisiones alimenticias, investigadoras de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Autónoma del Estado de México implementaron intervenciones educativas, mediante las cuales se enseñó y apoyó a las amas de casa, proporcionándoles conocimientos en actividades de autocuidado y promoción de estilos de vida saludable que influirán en el estado nutricional de sus hijos.
Las especialistas Claudia Concepción Santana González y Yolanda Hernández Ortega señalaron que las intervenciones de enfermería en programas de educación coadyuvan a disminuir los riesgos de comorbilidad (cuando dos o más trastorno o enfermedades ocurren en la misma persona) y promover el autocuidado para el control del sobrepeso y la obesidad en madres de familia.
Al evaluar las intervenciones educativas para disminuir el sobrepeso y obesidad en madres de familia de Atizapán Santa Cruz, Estado de México, las académicas indicaron que es en el género femenino en el cual recaen la mayoría de las obligaciones del hogar, y son ellas quienes deciden lo que está bien y está mal al interior de la familia; además, son también ellas las principales protagonistas para poder lograr cambios en los estilos de vida.
El trabajo de investigación, en el cual también participaron Miriam Gómez Ortega y Andrea Guadalupe Sánchez Arias, reveló que cada año fallecen 2.8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso y la obesidad.
Las universitarias agregaron que durante 2015, en México la prevalencia de la obesidad fue de 32.4 por ciento y la del sobrepeso de 38.8; sin embargo, con 37.5 por ciento, la prevalencia de la obesidad fue más alta entre las mujeres y entre los hombres fue de 26.8 por ciento.
Sostuvieron que la educación para la salud busca un proceso de cambio, es decir, una sustitución o modificación de los hábitos o costumbres establecidos. "Si estos son negativos, hay que cambiárselos por acciones favorables a la salud que redunden en acciones preventivas para disminuir las afectaciones".
Por ello, advirtieron, trabajaron con más de 80 madres de familia, a quienes se les dieron pláticas de 30 minutos para reforzar conocimientos de orientación alimentaria a partir del plato del buen comer y la jarra del buen beber.
Además, puntualizaron Claudia Concepción Santana González y Yolanda Hernández Ortega, se les invitó a participar activamente en tres sesiones semanales de actividad física por un periodo de tres meses, todo lo cual fue de gran importancia porque modificó el estilo de vida y disminuyó el índice de masa corporal.