En Europa suman más de 180 fallecidos luego de las inundaciones registradas durante la semana pasada. Además, las fuertes lluvias provocaron nuevas inundaciones en el sureste de Alemania y Austria, aunque menos graves de lo que fueron la semana pasada.

En Renania-Palatinado, Alemania, se portaron 110 muertos, aunque se prevé que aumente el número de fallecidos durante los próximos días; en Renania del Norte-Westfalia, el estado alemán con mayor población, suman 45 las muertes. Por su parte, Bélgica confirmó 27 muertes provocadas por las inundaciones de la semana pasada.

Por el momento, las lluvias pararon en las zonas más afectadas de Alemania, Bélgica y Países Bajos, al noroeste; sin embargo, persisten en otras zonas. De hecho, durante la noche del sábado 17 de julio todavía se registraron inundaciones en las fronteras de Alemania con República Checa y Austria, al sureste del país. Alrededor de 130 personas fueron evacuadas en la zona de Berchtesgaden, cerca de la frontera con Austria, debido a la crecida del Río Ache; al menos una persona murió.

El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, visitó la zona afectada el 17 de julio; dejó claro que la región necesitará asistencia a largo plazo. En tanto, ayer, 18 de julio, la canciller Angela Merkel arribó al poblado Schuld, cerca de Ahrweiler, que quedó devastado por las crecidas. Finalmente, el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, anunció un paquete de ayudas inmediatas para los damnificados. Según sus estimaciones, harán falta más de 300 millones de euros sólo para ayudar a la gente; aparte, plantea trabajar en un programa de reconstrucción que podría costar millones de euros más.