José Eduardo Ravelo fue detenido el pasado 21 de julio por la policía municipal de Mérida, en Yucatán. Tras su liberación, fue internado en un hospital, debido a que tenía politraumatismo, ruptura de tejidos musculares y choque séptico pulmonar; según declaró, fue torturado y violado. Ahora, tras exhumar el cuerpo del joven y realizarle una necropsia, la Fiscalía General de la República (FGR) afirma que José Eduardo murió debido a neumonía; asimismo, negaron cualquier signo de tortura o violación.

Según afirman los policías que realizaron la detención, el joven José Eduardo lucía fuera de sí y les pareció “sospechoso”, por lo que procedieron a arrestarlo. Semanas después, cuando el joven falleció en el hospital, la familia emprendió acciones legales. Pese a que se detuvo a los presuntos culpables, no se les demostró ningún crimen, supuestamente por falta de pruebas.

La FGR precisó que las lesiones que presentaba José Eduardo corresponden a maniobras de sujeción de alguien que se resiste al arresto; afirman que, aunque tardan en sanar en torno a 15 días, no ponen en peligro la vida. Además, alegaron que los números y colores de las patrullas que señaló en su declaración “no corresponden a la evidencia, ya que no existen tales uniformes y características”. Para dar con este resultado, supuestamente recabaron más de 50 testimonios; realzaron 45 exámenes periciales; analizaron más de 35 informes de la Policía Federal Ministerial y otras tres inspecciones ministeriales.

Alegan también que se falsearon dictámenes ministeriales, pues hubo presión por parte de la Fiscalía de Yucatán para incriminar a los policías involucrados. En lo que respecta a la FGR, no hubo ninguna violación de derechos humanos, y la participación de los policías fue la correcta.