El pasado miércoles dos de marzo, en Huamantla, Tlaxcala, Liliana Pérez y su familia tuvieron que pasar uno de los momentos más dolorosos, ya que sus perritos Chibi, Nico, Ludo y Viejito fueron envenenados y aún no logran obtener respuesta por parte de las autoridades de su Estado.
Como cualquier otro día, la familia se encontraba realizando sus actividades cotidianas, sin embargo, en las primeras horas de la mañana el hermano y cuñada de Liliana, se encontraron con la desagradable sorpresa de encontrar a Viejito sin signos vitales en la entrada de la casa.
El hermano de Liliana comenta que “Viejito tenía mucha saliva y signos de vómito”, por lo que de inmediato identificó señales de envenenamiento, así que de inmediato dio aviso al resto de la familia.
A la llegada de Liliana, se apresuró a buscar a los demás perritos, desafortunadamente su búsqueda no fue con el resultado esperado, ya que encontró a Ludo y A Chibi de igual forma, sin signos vitales en el patio de su hogar.
Por su parte, al encontrar a Nico, se percataron que aún tenía vida, así que de manera inmediata se apresuraron a brindar auxilio para más tarde trasladarlo con el veterinario (debido a la hora, les fue imposible contactarlo), sin embargo, Nico no resistió y de igual forma perdió la vida.
Al momento de haber sufrido dicha perdida, la familia se encontraba desconcertada, puesto que no sabían de qué manera sus cuatro peluditos pudieron haber sufrido de envenenamiento, por lo que iniciaron una búsqueda por toda la casa y después de transcurridos unos momentos encontraron la respuesta.
La familia encontró una bolsa de plástico, la cual contenía hígados, sin embargo, estos se encontraban en malas condiciones ya que su coloración era verde, morada y con una consistencia gelatinosa.
Liliana, de inmediato contacto a la asociación de perritos “Dame una pata Huamantla”, quienes disiparon las dudas de la familia al comentarles que los hígados no tenían veneno, sino ácido, tanto por la coloración, como por la forma en la que se estaban desintegrando.
Aún con la situación, la familia procedió a ver las cintas de grabación, en donde el presunto responsable o responsables están a bordo de una camioneta con señas muy particulares, en las que se puede identificar como pasa por el domicilio de la familia.
Al recolectar todas las pruebas el día siete de marzo, Liliana se acercó al Ministerio Público de su ciudad para realizar su demanda junto con la asociación que les brindo su ayuda desde el principio del caso y un abogado, sin embargo, ellos le negaron la atención puesto que para ellos no procede como un delito.
“Su denuncia no procede, ya que aquí en Tlaxcala no está penalizado el delito contra el maltrato animal”, así lo comentó uno de los agentes.
Si bien, muchos Estados en México han luchado por la legislación del bienestar y protección animal, no todos lo han logrado, tal es el caso de Tlaxcala.
Según la Asociación Protectora de Animales de México (APASDEM), esta lucha es paso a paso, debe de consistir en la unión de las autoridades, asociaciones de protección animal y ciudadanos, y debe empezar por legislaciones Federales que bajen a lo estatal y luego a lo municipal, haciendo de este un camino largo más no imposible.
Hoy, 14 de marzo, lo único que pide Liliana es justicia para sus cuatro perritos que perdieron la vida de manera injusta, y hace un llamado en redes sociales, para dar a conocer el caso, y de esta manera ejercer presión, no solo por Chibi, Ludo, Nico y Viejito, sino también para cualquier animalito de compañía que corra peligro.
Redacción: Marcela Chavarria
