Tras la cancelación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 el año pasado, su planeación ahora se enfrenta a un nuevo problema; a menos de tres meses para el evento, no cuentan con suficiente personal médico para atender posibles casos de Covid entre los atletas olímpicos.

Los organizadores de los Juegos tenían pronosticado asignar a cerca de 10.000 trabajadores de la salud a la Villa Olímpica y sedes de las competiciones para encargarse de tareas como regular y asistir en caso de eventuales contagios, sin embargo, el país registra altas cifras de pacientes graves de Covid-19 que requieren cuidados intensivos.

La petición que causó más indignación entre los enfermeros del país fue la presentada a finales de la semana pasada por el comité organizador a la Asociación de Enfermería de Japón (JNA) para que esta aportara a 500 profesionales para trabajar de forma voluntaria durante los Juegos.

La etiqueta "enfermeros en contra de ser enviados a las Olimpiadas" se convirtió en tendencia en Twitter en Japón y las redes sociales estallaron contra esta solicitud con mensajes como "los enfermeros no somos piezas desechables" o "los enfermeros estamos desesperados por proteger a nuestros pacientes", publicados por asociaciones sindicales, profesionales a título individual y compartidos por miles de usuarios.

Las protestas fueron secundadas por la Federación Japonesa de Sindicatos Médicos (Iroren), que publicó el pasado viernes un comunicado reclamando la revisión inmediata de la mencionada petición y poniendo en duda la capacidad de las autoridades niponas para controlar la pandemia.

"Siento una fuerte rabia contra la insistencia por organizar los Juegos pese al riesgo que representan para las vidas y la salud de los pacientes y de los profesionales sanitarios", señaló Susumu Morita, secretario general de la organización sindical.

Los organizadores de los Juegos y las autoridades tenían planeado contar con la mayoría de esos miles de trabajadores sanitarios de forma voluntaria y no remunerada, pero la escasez de estos y las quejas han forzado a un cambio de planes.

El portavoz del Ejecutivo, Katsunobu Kato dijo que la idea es que los trabajadores "colaboren con horarios flexibles y condiciones cómodas", además de pagar ayudas financieras a los centros médicos que aporten personal para los Juegos, cuya inauguración está prevista para el próximo 23 de julio.

Con información de EFE